sábado, 13 de junio de 2009

CAPÍTULO TREINTA Y OCHO: “Cómo debe comportarse un rockero mendocino en un recital ajeno”


Cuando un músico de rock local asiste a un recital de algún colega suyo, se sucede una serie de eventos no del todo saludables para los artistas en cuestión, ya sean tanto espectadores como intérpretes. Porque el hecho de hacer rock se entiende como un acto de rebeldía, sí, pero a veces esa rebeldía suele exagerarse por cuestiones que nada tienen que ver con la música, e irse a la recalcada concha de su madre con extrema facilidad. Entonces, el músico en cuestión (en este caso hablamos del espectador de un show ajeno), presenta conductas inapropiadas que pueden poner en riesgo tanto su imagen como su prestigio; e incluso, hasta su continuidad en el ambiente. Y uno nunca sabe cuándo tendrá que pedir una pedalera prestada.



Con el propósito de preservar las buenas costumbres en un ámbito de armonía y compañerismo, aquí ofrecemos algunas normas como para tener en cuenta.

1- Pagar la entrada. Este, probablemente, sea uno de los pasos más difíciles de concretar. Tan difícil es, que si pasa esta prueba de fuego, el resto puede resultarle más sencillo de lo pensado. Porque es muy probable que el artista piense entrar gratis al recital, acudiendo a la consabida manía de hacerse olímpicamente el pelotudo, o argumentando ser amigo del violero. Error. El autor de este Manual entiende lo traumático de la situación, pero por esa misma razón recomienda cuatro pasos a seguir: A) Averiguar el precio de la entrada; B) Concientizarse de tomar un porrón menos; C) Una vez frente al taquillero del show, introducir su mano en el bolsillo donde depositó el dinero, retirar los billetes y cambiarlos por el papel que certifica su predisposición de cooperar con el futuro de la banda; y D) Evítese el pijoteo de que le hagan descuento por ser músico.

2- Evitar comentarios descalificadores. Es muy probable que usted, desde allí abajo en calidad de espectador, advierta que el baterista de la banda tiene menos oído que Julieta Prandi. Puede ser por varias razones: tal vez los nervios le estén jugando una mala pasada, o quizás, simplemente, sea sordo. En cualquiera de los dos casos, sortee la tentación de decirle ¡Bajáte, culiado! y guárdese los comentarios para realizarlos más tarde, en compañía de aquellos que sabrán apreciar su agudeza crítica.

3- Aplaudir. Si usted es una persona persuasiva, advertirá que la banda, una vez que terminó de tocar una canción, hace un silencio que antecede a la canción siguiente. Esto quiere decir que es el momento de aplaudir. Es un gesto muy sencillo que no suele realizarse con frecuencia. Para su correcta ejecución es importante llevar ambas manos hacia adelante y enfrentar sus palmas como si imitara una letra X. Una vez ubicadas en esta posición, es preciso chocarlas repetidas veces; de lo contrario, no surtirá efecto. (UN SECRETO PARA LOGRAR UN BUEN APLAUSO: si sus manos improvisan la fisonomía de dos cucharas soperas, el sonido será más fuerte aún.)

Para concluir esta idea, y considerando que en los recitales locales hay un alto porcentaje de espectadores músicos, bien vale la pena recordar la máxima del General Perón cuando dijo Para un rockero mendocino no hay nada mejor que otro rockero mendocino.

3 comentarios:

menganita dijo...

Habia perdido la direccion del blog gracias a la muerte de mi tan querido CPU!...
Al fin lo encontre y para mi sorpresa practicamente hemos vuelto juntos!...
Lo mismo de siempre: esto de tener Rojas en version digital esta excelente... asique... a seguir nomas!

Salamanca dijo...

Claro total es gratis.

Anónimo dijo...

Es gratis como todo lo que hace el peronismo. Una idea simple, para la felicidad del pueblo y la grandeza de la patria. ¡Néstor con Perón, el Pueblo con Cristina!